miércoles, 27 de noviembre de 2013
Robert Freeman. Ponte serio.
Dicen que es arisco. Al menos es lo que me contaron en el sitio donde vive: un pequeño hotel cerca un pinar en un pueblo de la bahía de Cádiz. Suelo acercarme por allí de vez en cuando para desayunar, ya que el entorno es agradable. Ya hace varios años que lo veo pasar delante mía arrastrando la mitad izquierda de su cuerpo y sentándose con dificultad en una mesa donde pasa casi toda la mañana a solas. Alguna vez he estado a punto de acercarme a pedirle conversación, pero su fama de huraño me detenía. Hoy ha sido distinto. Se acercó a nosotros a preguntar a mi amigo por su silla plegable. A partir de ahí nos vimos conversando con un inglés de casi 80 años que habla a susurros en un español bastante bueno. "He estado seis años en el infierno. No quería hablar con nadie, estaba deprimido. Ahora es distinto. Estoy escribiendo mi biografía y disfruto conversando con la gente". Robert Freeman ha sido fotógrafo, diseñador y director de cine. Es conocido por haber sido uno de los fotógrafos de The Beatles y es autor de la foto de portada de cinco de sus discos.
Aunque habla casi a susurros sus comentarios son inteligentes. Juega constantemente con las palabras creando frases ingeniosas que remata con un "...eso sería un buen título para un libro". Pregunta a mi amigo por Calderón de la Barca y La Vida es Sueño: "Me gusta esa idea para incluir en mi biografía, pero ya en pasado. Mi vida fue un sueño". Tiene escritas más de 400 páginas de su biografía. "Me cuesta usar el ordenador porque solo puedo emplear una mano. A partir de ahora iré grabando mis pensamientos para que alguien después los pase a texto". Le pregunto si ya tiene editorial y me contesta que es lo que menos le preocupa. "Acabo de llegar de Milán, donde me han invitado al 50 aniversaro del Calendario Pirelli. Allí estaba Sofía Loren, que me reconoció al momento. Me dio un beso. ¿Sabes que el primer calendario Pirelli lo hice yo? Fui quien más aire inyectó a esa empresa. Por cierto, ese también es un buen título... (risas)".
Preguntar a un fotógrafo por la cámara que usa es una impertinencia, aunque suponía que no le iba a molestar. "Nunca he sido de Canon, Leica o Nikon. Siempre me ha gustado Pentax. Son muy ergonómicas y eso era lo mejor. Con respecto a la película la mía es Agfa". En el año 1961 obtuvo permiso para acceder a los camerinos de John Coltrane en un par de conciertos que dio en Londres. Las fotos de aquellas sesiones son memorables. "Había muy poca luz. Sólo las pequeñas bombillas que rodean el espejo. Eso es todo. Iba con película de 3200 ISO. No soy de los que tiran muchas fotos, y en un sitio como ese tienes que ser muy respetuoso. Coltrane no dejaba de ensayar y yo tenía que moverme por allí sin molestar. Tenía que buscar el lugar preciso, disparar y retirarme". Siempre pensé que una de las dificultades añadidas a la hora de tener delante una celebridad es lidiar con su ego. "Bah... no es difícil. Coltrane era una persona muy sencilla y con los Beatles tampoco tuve problemas. Las sesiones con los Beatles me las quitaba de enmedio en poco tiempo. Tenía claro lo que quería y ellos colaboraban. La portada de With The Beatles la hice en el pasillo de un hotel. La luz es natural y procedía de una ventana situada a mi izquierda. El carrete era de 3200 y para el fondo utilicé una cortina que había por allí". Le pregunto por la propiedad de los negativos y los derechos de imagen. Sabía que me metía en terreno pantanoso. "Eso es complicao, como dicen en Andalucía. Es complicao".
The Beatles y Coltrane son los episodios más conocidos de un hombre que ha retratado a Catherine Deneuve, Andy Warhol, Brigitte Bardot, Michael Douglas o Bertrand Russell. "Un gran hombre. Cuando lo conocí tenía 90 años. Y sonreía..." Pasó varios años en Estados Unidos donde incluso dirigió algunos documentales para la 20th Century Fox. "Una vez fui al teatro Apollo en el Harlem para ver un concierto de James Brown. Yo era el único blanco. Si te digo la verdad, pasé algo de miedo. Alguien me dijo que lo que tenía que hacer era moverme despacio y sonreir. Moverse despacio y sonreir... ¿Ves? Tenemos otro título (risas)".
En poco tiempo Robert rompe su imagen de antipático. Ríe continuamente y lo hace a pecho descubierto. Utiliza su creatividad de manera constante y el lenguaje le sirve de excusa. "Estoy dando una serie de charlas para estudiantes universitarios. ¿Qué titulo te gusta más: Todo vale o Nada importa?" El primero, le digo. Me tiende la mano y me dice: "A mí también". Su capacidad creativa es desbordante, lo que me hace pensar en el lado más mecánico de su trabajo. Le pregunto por el cuarto oscuro. "He pasado demasiado tiempo revelando. Era un aburrimiento. Aunque algunos trabajos los mandaba a revelar, ahora pienso que he desperdiciado mucho tiempo con los líquidos y las cubetas. Ese tiempo lo podía haber empleado en otra cosa". En España conserva grandes amistades. "Soy muy amigo de Gabino Diego. He conocido a Sabina y también a Serrat. Hice para él las fotos interiores de Utopía. Por cierto, ¿sabes que le dije? que la comida catalana es buena sólo porque tiene cerca a Francia (risas). Es un gran tipo".
A mitad de la charla me dice: "ven, te voy a enseñar algo". Se dirige al vestíbulo del hotel y me sienta en un sofá sobre el que hay un ordenador portátil. "Esta es mi oficina", me dice. Le pregunto si habla en serio. "Totalmente. Trabajo aquí. No soporto hacerlo en la habitación. Sólo estoy en mi cuarto para descansar, el resto del tiempo trabajo en este sitio". Abre un documento PDF y me enseña, página por página, el borrador de su biografía. Un trabajo cuidadosamente maquetado donde combina textos y fotografías de manera elegante. La portada es fantástica: "Se trata de un chico joven que vi por las calles de Sumatra. La persona que me acompañaba le puso los auriculares de un walkman donde estaba sonando una canción de Talking Heads, Once in a lifetime (una vez en la vida). La cara del chico lo dice todo". Estuvimos casi dos horas viendo fotografías. Muchas de ellas son retratos, otras trabajos de fotoperiodismo de gran calidad.
"Este es el reloj de un piloto de la Segunda Guerra mundial. En 1944 un B-17 que regresaba a su base en Inglaterra se estrelló en Holanda. Lo encontró un campesino junto con otras pertenencias en aquella zona. Hice la foto en el mismo sitio donde se encontró, pero varios años más tarde en una ceremonia de homenaje. Es una de mis mejores fotos".
"Esta era la España que yo conocí. Una España simple, como esta foto".
"Yo iba en ese avión. El fotógrafo de arriba en el centro es el famoso Harry Benton, que no consiguió la foto. Yo tuve tiempo de salir el primero para sacar a los Beatles saludando. Para captar buenas imágenes tienes que ser rápido".
Son casi las dos y media de la tarde. En ese momento aparece un joven italiano que conversa amigablemente con Robert. "Me está ayudando a escribir el libro. No tengo soltura con el ordenador y su apoyo es muy importante". Me pide el correo electrónico y promete enviarme el PDF en breve. Me siento afortunado. Cuatrocientas páginas inéditas de uno de los grandes fotógrafos del siglo XX. Esto no pasa todos los días. Antes de despedirnos me dice "¿Sabes cuál es una de las frases más pronunciadas por los fotógrafos de todo el mundo? ¡Ponte serio! ¡Vaya frase! A quién se le ocurre... ¡Ponte serio! No me digas que no es un buen título para otro libro (risas)".
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Muy bueno Antonio.No te lo vas a creer, pero se me pasó por la cabeza más de una vez ,sugerirte que intentaras hacerle una entrevista, ya que le tenemos tan cerca.....y mira por donde.
ResponderEliminarMuy buen artículo, Antonio. Tiene que ser un placer hablar con una persona así.
ResponderEliminarCuando expuso allí las fotos de Coltrane, al día siguiente de la inauguración me lo encontre arreglando el mismo las pequeñas imperfecciones que los montadores del ayuntamiento habían dejado. La mejor exposición que ha pasado por allí.
Ve pidiendome una buena rabaná tostá de pan de campo con aceite con ajo y descafeinado de máquina para cuando vaya.
Antonio que pedazo de artículo, me alegra tanto que hayas disfrutado de el y pienso que no hay nadie mejor que tu para hacerle esa entrevista, tan apasionado con la imagen y con tu trabajo, un profesional como la copa de un pino. Uf, me hubiese encantada veros en ese momento tan mágico e irrepetible.
ResponderEliminarfantástica entrada. Me ha encantado y enseguida me pongo a buscar más información del fotógrafo. Gracias.
ResponderEliminarCristina
Muy interesante
ResponderEliminarGracias a todos.
ResponderEliminarAntonio me alegro mucho por ti es el encuentro que nos hubiera gustado a cualquiera de nosotros.
ResponderEliminarEnhorabuena
Gracias, Antonio. Un abrazo.
ResponderEliminarGran entrada Antonio. Ahora, a hacer por coincidir más con él. Felicidades!!
ResponderEliminarGracias, Alejandro.
ResponderEliminarEsta entrevista es un TESORO. Un abrazo,Antonio.
ResponderEliminarY tú cojes esas joyas y nos las regalas. Eres genial.
ResponderEliminarGracias, A.L.
ResponderEliminarGracias Antonio
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