martes, 30 de noviembre de 2010
José Manuel Navia
"Mi fotografía más personal nace a partir de mi trabajo documental. La literatura nutre mis imágenes, de raíz profundamente ibérica. Siguiendo esa huella viajo por el mundo". (J.M. Navia)
¿A una buena novela le sobran las imágenes como a una buena foto le sobran las palabras?
Podríamos decir que en principio sí, pero depende. Hay veces en que palabra e imagen conviven bien y crecen una junto a otra. Además no olvides que los escritores hablan mucho de "imágenes literarias"...
¿Qué te ha ido sobrando conforme han pasado los años?
Uff, muchas cosas. En lo puramente material, buena parte de los cachivaches de mi equipo: ahora basta con una buena cámara, una o dos ópticas y poco más. Y en lo demás... he ido intentando que la vida me fuera enseñando a ser cada vez más austero, para así gozar de mayor libertad.
Es casi España y sin embargo sigue estando lejos. ¿Qué tiene Portugal?
La fascinación de lo cercano, lo que podemos comprender, una cultura compartida; y a la vez la fascinación también de lo que siendo cercano, es distinto, y por ello nos complementa y nos ayuda a definirnos.
"Lo que nosotros vemos de las cosas son las cosas". Lo dijo Fernando Pessoa. ¿Valdría como título para esta entrevista?
No estaría mal. Sí, soy de los que cree que es nuestra mirada la que inventa el mundo.
¿Qué tiene Machado que enseñarle a un fotógrafo?
¡Tanto! Por resumir, digamos a que a distinguir los ecos de las voces.
Tú que has viajado... ¿el hombre es igual en todas partes?
En lo esencial creo que sí: los mismos miedos, los mismos afanes, el deseo de que sus hijos vivan mejor que ellos... y en lo más superficial, deliciosamente distintos.
¿Olvidaste el carrete para siempre?
Creo que sí, y a día de hoy, sin demasiada nostalgia.
¿Tanta diarrea digital repercute en la fotografía que se hace hoy? ¿En qué sentido?
El problema no es la fotografía digital, sino el mundo digital: esta civilización del espectáculo y el cambio brutal de valores que ello conlleva. La fotografía en sí, el uso de la cámara para mirar el mundo a través de ella, no cambia tanto como dicen algunos.
Le preguntaron una vez a Billy Wilder si era aconsejable que los cineastas supieran escribir bien. Él respondió que era preferible que supieran leer...
Absolutamente de acuerdo para los fotógrafos (y para cualquier persona ¿no?) Leer palabras y, aunque parezca una obviedad, leer imágenes, y conocer la historia y a los verdaderos maestros del medio.
En tus imágenes hay silencio, reposo y sabor a tiempos perdidos. Eso vende poco hoy, ¿verdad?
No sé, tal vez, pero en cualquier "hoy" cabemos muchos, distintas opciones, y puede que nuestro trabajo no sea masivo, pero si es sincero siempre conectaremos con algunos semejantes. Lo que más me importa es no traicionarme demasiado a mí mismo y respetar a los demás y a la realidad que nutre mi trabajo. Haciendo eso que más me importa he llegado hasta aquí y no me faltan ganas para seguir adelante.
domingo, 28 de noviembre de 2010
sábado, 27 de noviembre de 2010
jueves, 25 de noviembre de 2010
miércoles, 24 de noviembre de 2010
Me jubilo el mes que viene
Entré en aquella casa antigua como hago casi todos los días. Aunque la empresa ya se ha digitalizado, todavía hay por allí enormes cajones de madera llenos de tipos móviles que alguien junta con paciencia para componer bloques de texto. Volví a comentar una vez más mi intención de hacer un reportaje. El impresor colocó media sonrisa en su boca, se dio media vuelta y soltó con alegría contenida: -Pues si no te das prisa ya no podrás hacerlo. Me jubilo el mes que viene.
martes, 23 de noviembre de 2010
lunes, 22 de noviembre de 2010
domingo, 21 de noviembre de 2010
Francisco Mata
Mejicano del 58 y con muchos años de oficio. Conocedor a fondo del fotoperiodismo, su obra se ha expuesto en medio mundo. Para saber más, aquí está su web. Nosotros le pedimos conversar y he aquí el resultado.
La tradición pesa mucho en sudamérica. ¿Qué es el pasado, una esclavitud que debemos trascender o una ley que hay que respetar?
Ni una ni otra. Es una circunstancia, es historia y formas de ver el mundo que nos antecedieron, son costumbres que se relacionan con entorno, cultura, cosmogonía y prácticas sociales, es cultura heredada, aprendida y amalgamada, son una base desde donde pararnos para cuestionar nuestro presente y dibujar nuestro futuro, son, al mismo tiempo, materia prima para reflexionar sobre nuestra condición política e histórica, ahí están seguramente muchas de las respuestas para lo bueno y lo malo de ser latinoamericano.
Tú que has viajado tanto, ¿qué tiene sudamérica que ofrecerle al mundo y viceversa?
Todo y nada. La interconexión, la globalidad y la cultura hegemónica homogenizan todo: paisajes, gastronomía, conocimiento cultural, etcétera. Ahora la sociedad en su conjunto responde a patrones distintos donde lo diferente no es ya un valor en sí mismo, son los matices donde se construyen los significados, es en las mezclas y los intercambios donde se generan nuevos sentidos.
Tienes muy buenos trabajos sobre Cuba, un país donde el tiempo se paró hace cincuenta años. Esa magia que encierra Cuba, ¿se perderá algún día?
Sí, sin duda pero sin duda también para dar paso a otra. Cuba es un país que significa muchas cosas al mismo tiempo, desde la muerte de las utopías hasta la constatación de que siempre se puede aguantar más, es un ejemplo palpable del aparente destino negro de Latinoamérica y de la posibilidad de soñar con un mundo posible.
¿La realidad supera a la ficción?
Siempre, hasta que llega la ficción y supera a la realidad.
¿Qué ha cambiado en el oficio desde que empezaste?
Todo, absolutamente todo menos que siempre estará atrás de la herramienta un tipo con curiosidad, ganas de expresarse, de experimentar, de dar su opinión y, sobre todo, de caminar y platicar viendo.
A ojos de un fotoperiodista, ¿el mundo está tan mal como nos cuentan?
Yo creo que está peor y mejor al mismo tiempo, las categorías y la clasificación maniquea de las cosas es algo que estamos superando, la realidad es muy compleja, los procesos sociales son sistemas de alta complejidad, la relación rizomática es cada vez más extendida, entender lo que pasa y definirlo categóricamente ya no es posible.
¿Un buen fotógrafo hace un buen reportaje en cualquier sitio o el escenario predispone de manera concluyente?
Lo que más predispone es qué quieres decir, cuál es tu postura y opinión ante lo que estás fotografiando, el lugar o el tema son secundarios. Siempre prevalecerá la postura del fotógrafo, esto quiere decir su ideología, contexto cultural, concepción del mundo, etcétera.
Conoces grandes ciudades y pueblos perdidos, ¿con qué te quedas para hacer fotos?
En mi caso con las ciudades.
Mucha gente haciendo fotografía... ¿es difícil ser original?
Siempre lo ha sido, siempre es necesario saber cuál es nuestro punto de vista, ahí esta el secreto. En casi doscientos años de que se inventa la fotografía ya se registró todo, no queda nada por fotografiar, lo que quedará siempre son opiniones distintas sobre lo mismo, igual que en la literatura o la pintura por ejemplo.
¿La fotografía está hoy mejor que nunca?
Sí, aunque peor que mañana.
viernes, 19 de noviembre de 2010
jueves, 18 de noviembre de 2010
Las Canteras
miércoles, 17 de noviembre de 2010
martes, 16 de noviembre de 2010
lunes, 15 de noviembre de 2010
Eduardo Momeñe
La visión fotográfica. Curso de fotografía para jóvenes fotógrafos. Cuando terminas de leerlo te quedas sabiendo que es un libro que hay que conservar. Las críticas son excelentes y son muchos los fotógrafos de renombre que lo recomiendan para ir aprendiendo eso tan difícil de educar el ojo. Tras conocer su obra no nos pudimos resistir a conversar un poco con Eduardo Momeñe.
La actitud de muchos espectadores ante una obra de arte suele ser recurrente. "Yo entiendo poco. Sólo sé si lo que veo me gusta o no me gusta". ¿Es válido?
Sí, puede ser válido pero no suficiente para el análisis y comprensión de una imagen. Las imágenes actuan como textos que hay que descifrar y para ello hay que conocer el idioma. Más aún en la fotografía de los últimos cincuenta años, son imágenes que ya no son transparentes, que son producto de la lectura de otras imágenes y que exigen un lector preparado para enfrentarse a ellas.
¿Todas las opiniones valen lo mismo?
Esta pregunta queda en cierto modo contestada con la anterior. No, no todas las opiniones valen lo mismo. Valen mucho más aquellas que están respaldadas por un profundo conocimiento de la manera en que la fotografía actúa. Hablamos de un lenguaje desconocido y complejo.
¿Qué es una buena fotografía?
Es difícil decirlo. Quizás no existan buenas fotografías sino buenas obras fotográficas. Para saber si una obra fotográfica es "buena" (es una forma de hablar) habría que analizarla detenidamente. Tiene que cumplir una serie de requisitos. Es el mismo recorrido que el que se aplicaría a una obra artística en términos generales. Una "buena fotografía" no es más que una página de un largo libro. Poco podemos decir de ella si no conocemos todo el texto; en este caso al menos un suficiente número de fotografías que la respalden.
Miles de libros sobre Photoshop y el uso de la cámara. Muy pocos sobre la visión del fotógrafo. ¿Tan difícil es?
Sí, yo pienso que es muy difícil, y no soy el único. Incluso superdotados como Walker Evans pensaban que fotografíar es extremadamente difícil. Por supuesto, ello se refiere a crear una obra fotográfica. Son demasidos factores los que no deben fallar desde un punto de vista conceptual, visual, textual, y todo lo que queramos añadirle. Es necesaria una madurez que no se obtiene tan sólo hablando de fotografía.
¿Qué factores hay que tener en cuenta a la hora de leer una fotografía?
Insisto en lo de "obra fotográfica". Para leer una fotografía es necesario leer todo el texto, todo el libro. Si pensamos en fotógrafos que aquí se mencionan, es imposible leer la estructura visual llamada "Avedon" o "Frank" tan solo con un retrato, o una fotografía de "Los Americanos". Podermos decir que es potente, incluso "bonita", incluso extraordinaria, pero no hacemos mucho con ello, necesitamos ver más para descifrarla, para comprender. Hacer una "buena fotografía" no parece muy, muy difícil, incluso el azar puede actuar a nuestro favor, pero conseguir un número de imágenes que se respalden entre sí, que se apoyen, que den coherencia a una mirada, que expresen conocimiento tanto visual como conceptual, ese ya es otro probelama. De hecho, es el problema. Una mente con cierta paciencia se hará con el Photoshop en cuestión de horas, pero creo que no hablamos de eso. En todo caso soy de los que piensan que es absolutamente necesario dominar las herramientas con las que trabajamos.
Quiero aprender a hacer buenas fotos, ¿qué es lo primero suponiendo que ya domino la cámara y el procesado?
En primer lugar, estar seguro de que se dominan ambas cosas. En segundo, averiguar si se sirve para ello, y puede llevar un cierto tiempo, porque por una parte no es una pregunta que nos hagamos a menudo, y por otra porque no es fácil ser juez y parte al mismo tiempo. Se puede aprender un pequeño tanto por ciento del asunto pero, en todo caso, todo tiene que estar ya dentro, la materia prima puede estar en letargo, sin pulir, en estado bruto, pero debe estar. Sin ello hay poco que hacer. A veces no somos muy conscientes del lío en el que nos metemos, apasionante, por otra parte. No nos conformamos con aprender a "leer" fotografías sino que además queremos hacerlas, para lo cual si bien es imprescindible lo primero, hace falta mucho más: estar dotado para ello. Esto es lo que tenemos que averiguar. Tengamos en cuenta el ejemplo de extraordinarios galeristas que saben descifrar obras fotográficas de una manera impecable pero son incapaces de hacerlas, o personas que en el lenguaje escrito, el de nuestra cabeza, son fuera de serie y no pueden hacer fotografías. En música, el ejemplo es claro. Hay personas que nunca podrán tocar un violín, lo cual no es una deshonra, ya que hay muchos tipos de estructuras mentales. La fotografía es un pensamiento plasmado visualmente, muy diferente al que nos enseñaron en el colegio.
En definitiva, si estamos medianamente dotados sí pienso que es muy necesaria una cultura, pero no sólo fotográfica. Por supuesto hay personas que nacen de pie, intuitivas, amuebladas, y que no necesitan de casi nada, pero para quienes no hemos tenido esa suerte es necesaria (insisto en que no suficiente) una formación amplia.
Define brevemente el trabajo de Bresson.
Cartier-Bresson supo aunar de una manera magistral la tradición del arte occidental, del orden renacentista, con la revolución visual de la instantánea. Fue el fotógrafo que domó la incontrolable, imprevisible y "anti-artística" instantánea con estructuras pertenecientes al orden clásico. Dicho de una manera extremadamente simple, consiguió una instantánea "artística". Su sombra es tan larga que la mayor parte la fotografía de reportaje que conocemos es impensable sin su forma de fotografiar: Una fotografía transparente, clara, narrativa, fácilmente comprensible para todo tipo de lector/espectador.
Avedon.
En mi opinión quizás sea el "gran fotógrafo" con mayúsculas, el que sabe hacerlo todo y todo magistralmente. Sea nuestro favorito o no, Avedon quizás esté por encima del bien y del mal. Es uno de los fotógrafos que mejor entendió que la fotografía es ante todo potencia, violencia visual, por supuesto sin olvidar la textual como lo demuestran sus retratos. De hecho esa "calidad" en el gesto, sería la búsqueda del fotógrafo, imágenes que atraviesen nuestra retina y nos lleguen hasta la nuca. Como la guitarra de David Gilmour... o el que queramos.
Lange.
Extraordiaria en su humanidad y en su mirada. Fotografía directa, sin concesiones, sin "pretensiones artísticas", fotografía en estado puro, como la de Evans, la de Gutmann, y la de tantos otros grandísimos artistas que tan sólo pretendieron hacer fotografías del mundo.
Frank.
Un extraño suizo, tan americano o más que Bob Dylan o Jonas Mekas. Su obra "Los Americanos" es el gran texto de la fotografía americana, incluso de la fotografía contemporánea. Quizás Frank no inventó la fotografía pero ciertamente la reinventó en gran medida. Como todos los grandes, supo apoyarse, supo entender el camino abierto por otros. Fue en cierto modo el que hizo saltar por los aires el "orden bressoniano". Su influencia sigue siendo extraordinaria para el documentalismo contemporáneo.
Momeñe.
No lo sé. Lo cierto es que disfruto mucho haciendo fotografías. Quizás sea la actividad que más me guste, también me gusta hacer vídeo. Y cuando las cosas salen bien, cuando interpreto que una fotografía me ha quedado bien, que visual y conceptualmente me parece correcta, la satisfacción es enorme. Me siento un aficionado que disfuta mucho con todo ello. Un lujo.
¿Tiene sentido la fotografía por sí misma dejando de un lado el tema?
Sí, por supuesto. El tema es independiente, incluso irrelevante para la mirada fotográfica. Nunca se me ocurriría ir a una exposición de Avedon porque en sus fotografías pueda haber retratos de Marylin Monroe o Groucho Marx. Voy a la exposición para encontrarme con la mirada de Avedon exclusivamente. Ciertamente hay "temas", motivos más atractivos que otros pero es irrelevante para un "lector fotográfico". La fotografía poco tiene que ver con la información periodística. Su información se basa ante todo, lo he comentado, en la que expresa un pensamiento visual. Es clarificador el caso de los reporteros de guerra. Los ha habido extraordinarios, no muchos, pero puede ser común pensar que se puede ser buen fotógrafo por traer una información de carácter periodístico, normalmente muy desagradable, incluso oportunista. Por fortuna la fotografía es otra cosa, y desafortunadamente, más difícil.
¿Qué temas te inspiran principalmente?
Mi fotografía va paralemamente en dos "espacios" pero con una cabeza parecida. Me gusta mucho encerrame en el estudio, el retrato, la figura femenina, pequeñas puestas en escena, algo así como una "realidad escenificada" y que también llevo a exteriores, lugares que me gusta "reconstruir". Soy en gran medida fotógrafo de trípode, me es muy útil el marco clásico porque me permite buscar una tensión que me agrada y que consiste en que conceptualmente, las cosas no sean tan nítidas.
Creo que conozco bien lo que han hecho los grandes fotógrafos y cuando encontramos a alguno que realmente nos es "útil" para nuestro interés, es una muy buena sensación porque su lectura (bien comprendida) nos ayuda a ir centrándonos. En todo caso a mí me ayudan más las imágenes mentales que me aporta la literatura, incluso el ensayo, pero no la literatura en general, sino mundos que se van descubriendo y que van dando una información que realmente se puede decir que ya estaba en nuestra cabeza, pero que quizás no le habíamos hecho caso y ahora nos vuelve, además bien expresada. La literatura te aporta imágenes interpretables, imaginables, que te permiten actuar, enredar entre ellas. Para seguir aprendiendo también empleo tiempo en estudiar la pintura clásica, no hay mejor escuela para mí que dar vueltas por el Museo del Prado. Es él el que te da el lenguaje del cuerpo y la estructura del espacio. Si no tenemos a mano un museo así, lo tenemos todo en internet.
¿Por qué hay que Buscar el silencio?
El silencio no sólo es oro sino que las grandes palabras están en él, incluso la gran música. Es una manera de hablar pero se podría estar de acuerdo con ello... o quizás no. El silencio es algo que no ha estado presente en una gran parte de la fotografía, tan necesitada de ser compresible, informativa, y que ha tenido que recurrir al ruido, a lo obvio para hacerse entender. Sin embargo, la gran fotografía, o al menos la que yo siento que realmente me llega es una fotografía que entiende el misterio, lo dicho a medias, lo visto a medias, una fotografía que no te da los datos, que no te lo pone fácil, pero que su descubrimiento, su "desenmascaramiento" produce una gran satisfacción en cuanto que sabemos más cosas. Un ejemplo imprescindible -por supuesto hay otros- es el de la obra de Eugene Atget. Sin pretenderlo entusiasmó a los surrealistas, que entendieron su silencio, un mundo silencioso, extrañado, sombras a las que había que buscar la luz que las producía. Silencio es una palabra cómoda, quizás haya otras para decir lo mismo. A la pregunta se podría contestar que hay que buscar el silencio porque el ruido es demasiado obvio, predecible e incluso burdo.
¿Has abandonado ya la película?
Ya es posible hacerlo. La calidad ya está garantizada, y además el proceso es imparable. Las ventajas son muchas, tanto económicas como en cuanto a comodidad. En mi caso he recuperado el placer, tanto tiempo perdido, de hacer fotografías en los viajes con una pequeña pero buena cámara. Siempre he estado a favor de estar atento a las nuevas tecnologías de todo tipo. Comprendo el placer del medio o gran formato, y de la erótica del olor del revelador y del sonido que produce mi vieja Hasselblad, pero no soy nostálgico.
¿50 ó 28mm?
En mi caso, el 50mm.
¿Para cuando la siguiente edición de La visión fotográfica?
Sigo escribiendo cosas. Estoy con un libro. También tiene que ver con la fotografía, pero no es una continuación de La visión fotográfica, ya veremos qué sale.
Háblanos de tus talleres. ¿En qué consisten? ¿Qué trabajáis principalmente?
Para mí la fotografía, hacer fotografías, sólo es posible si sabemos de "qué trata" el medio fotográfico. Lo contrario se traduce en fotografías "no conscientes". Mis talleres van en esa direción, preguntas a plantear, más importantes que las posibles respuestas. Me gusta que sea un diálogo entre todos, es así como salen ideas que nos pueden servir para ser mejores fotógrafos. El fin de los talleres es, por una parte, que sean unas horas agradables porque todos participamos y aprendemos, y por otra que salgamos siendo fotógrafos que saben un poco mejor por qué o para qué hacemos fotografías.
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Gracias a Paco López por su trabajo en la preparación de esta entrevista.
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Actualización (17/11/2010)
La última edición del libro de Eduardo Momeñe que se puede encontrar en liberías es la segunda y está descatalogada. Digo que se puede encontrar porque a fecha de hoy todavía quedan ejemplares sueltos en alguna que otra estantería. De todas maneras, para los que queráis haceros con un ejemplar hay que decir que la obra ha cambiado de editorial y es el propio Eduardo quien lo edita a través de la página www.afterphoto.com.
domingo, 14 de noviembre de 2010
Joel Peter Witkin
Hace algunos años, al comienzo, cuando aun era un tierno fotógrafo y todavía andaba por el campo retratando mariposas y alegres pajarillos, un amigo (fotógrafo, de los de verdad), me prestó un libro de Joel-Peter Witkin. Al principio pensé que me estaba tomando el pelo, pero luego descubrí que había algo más; descubrí que el mundo no estaba fuera, sino dentro de nosotros, y ésto marcó el resto de mi vida como profesional. Por eso, siempre digo que es fundamental tener a alguien que te dé una patada en el culo cuando andas despistado.
No quiero decir que lo de Joel tenga que gustarle a todos, eso no es importante, pero es necesario analizarlo, para descubrir que lo que verdaderamente cuenta es nuestro mundo interior, como influye éste en nuestra forma de ver la vida y que sólo el ejercicio de conocernos y admitirnos, nos hará crear imágenes únicas.
Aquí os dejo algunos enlaces de Joel-Peter Witkin para que ¡¡disfrutéis!!.
Amor y Redención
Witkin presentación
J.P.W. "No soy una persona oscura, solo...."
sábado, 13 de noviembre de 2010
PVC85 manual I
Lo de manual no es por el enfoque, sino porque está hecho a mano. El precio no llega a 4 euros y los resultados van mucho más allá de lo que cuesta. Sus partes son: una tapa de cuerpo de cámara, dos tubos de PVC que encajen uno con el otro y una lupa comprada en el chino. También es necesario pegamento resistente. Vale el cianocrilato (Superglue o similar).
El tubo más ancho se pega a la tapa de la cámara. Para calcular la longitud del tubo estrecho hay que encontrar la distancia focal de la lupa, en este caso unos 85mm. Esto se puede hacer a mano y tanteando. Finalmente se pega la lupa y listo.
Para enfocar basta con desplazar el tubo estrecho hacia delante y atrás. La apertura es fija y amplia, por lo que hay que jugar con la velocidad. La profundidad de campo es escasa. Los resultados en la siguiente entrada...
Lo Cotidiano I
jueves, 11 de noviembre de 2010
Michelle Bates
Holy Cow (Michelle Bates) Cámara: Holga
Descubrió las cámaras de juguete en 1991 cuando estudiaba fotografía y pronto se dio cuenta de que podían servir para algo más que jugar. Esos desenfoques, distorsiones y aberraciones de las lentes de plástico daban a la imagen un toque onírico, una atmósfera especial que, en muchos casos, generaba imágenes de alto contenido plástico. Todo ese mundo quedó reflejado en Plastic Cameras, Toying with Creativity (Cámaras de Plástico, Jugando con la Creatividad) un libro que acaba de ver su segunda edición y que se vende en el mundo entero. Cuando le pedimos que charlara con 800ISO, Michelle accedió con amabilidad.
Hay mucha gente que prefiere las imágenes desenfocadas y llenas de aberraciones antes que las nítidas y cristalinas de las cámaras digitales. ¿Qué hace de una foto "de juguete" una buena imagen?
Creo que una buena imagen es buena de por sí, independientemente de la cámara que se usó para tomarla. Cuando la gente empieza a utilizar cámaras de juguete queda prendada de sus efectos -desenfoques, aberraciones, destellos, etc.- pero hace falta tener talento fotográfico para crear imágenes con arte y no quedarse tan solo en lo que la cámara ofrece. Para que una imagen "de juguete" sea una buena imagen hace falta el ojo del fotógrafo y lo que la cámara aporte.
A Woman's Bed (Nancy Rexroth, 1970) Cámara: Diana
¿Es posible hacer fotografía en serio con este tipo de cámaras?
¡Sí! Mi pasión siempre ha sido encontrar gente que haga fotografía de verdad con estas cámaras. Mi libro es una prueba de ello. En él aparecen cuarenta y nueve fotógrafos que hacen magníficas fotografías, ya sean fine-art, trabajo para revistas, periódicos o fotografía comercial.
Una de las leyes de la Lomografía es "no pienses, sólo dispara". ¿Necesita este tipo de fotografía algún tipo de preparación?
Hay diversas formas de usar estas cámaras. Puedes disparar sin mirar, eso puede ser divertido, pero he visto gente a las que esto no les da resultado, especialmente si está acostumbrada a las cámaras digitales que dan buenos resultados incluso sin saber manejarla. Para obtener buenas imágenes tienes que conocer el funcionamiento del aparato, incluso es más importante conocer los principios básicos de la fotografía: cómo medir la luz, cómo le afecta a la película, cuánta cantidad le llega, la composición...
Hugging Wall, Italy (Anne Arden McDonald, 2000) Cámara Diana en modo B
La Lomografía: las cámaras de plástico como negocio. ¿Prefieres este tipo de cámaras o usas las originales? Mucha gente piensa que las actuales cámaras lomográficas son caras y de mala calidad.
Las viejas cámaras Diana (y sus clones) eran simples y muy mal hechas, pero a los fotógrafos les encantaban. Es magnífico conservar una de ellas. Hoy se hacen muchas cámaras como estas. Mi favorita es la Holga. Se hacen en China por Holga Ltd. y no están mal de calidad para una cámara de plástico. Y son muy baratas. Algunos de los productos de la gente de Lomografía (Diana+, Diana Mini, cámaras multilente y sus accesorios) son de buena calidad, otros no tanto. Además, son bastante caros. Lo que sí es verdad es que esta gente ha conseguido que este tipo de fotografía sea accesible a un público mucho más amplio de lo que era antes. Que las cámaras sean caras le quita encanto a la fotografía de juguete, aunque siempre existirán cámaras baratas para hacer esto.
¿Existe el riesgo de que este tipo de fotografía se ponga de moda y se banalice en cierto sentido?
Sí. Cuando la gente dispara al estilo "Holga" todas las fotos parecen iguales. Si miras en Flickr, donde puede haber millones de fotos "de juguete", parece que las fotos las ha hecho la cámara en vez del fotógrafo. En las manos de un buen fotógrafo, las imágenes nunca serán banales.
Lights of Freemont, Golden Nugget (Susan Bowen, 2005) Cámara: Holga
Hablemos de las ventajas del digital: 1.- Miles de fotografías, 2.- Disparar sale gratis. 3.- Las fotos se pueden manipular fácilmente. Háblame tú de las desventajas...
Respondiendo a esas ventajas:
1.- ¡Demasiadas fotos! Con el digital tendemos a disparar más y pensar menos y, creo, a aprender menos también. Por otro lado quedar a la espera de ver las imágenes reveladas es algo que tiene una magia que también se pierde.
2.- No es gratis. Con las cámaras de película solías usar una cámara durante toda tu carrera de fotógrafo - una Leica siempre te responderá. Con el digital cambias de cámara cada dos años y además no son baratas. También hay que actualizar el ordenador, los programas, la impresora, comprar discos duros para copias de seguridad... Pagamos un precio en tiempo para aprender a usar las cámaras y los programas nuevos. Con el analógico aprendíamos un proceso y el resto del tiempo lo que hacíamos era perfeccionarlo.
3.- Hay muchas formas de manipular las imágenes en el cuarto oscuro. Incluso si disparas con cámaras de juguete siempre puedes escanear el negativo y modificarlo con las herramientas digitales e imprimirlo en digital.
After the fire (Michelle Bates) Cámara: Mamiya 645
Como fotógrafa, ¿qué temas prefieres?
Con el paso del tiempo he fotografiado de todo. Prefiero temas peculiares, como el carnaval o los animales y eso me gusta hacerlo con la Holga. También me gusta romper barreras y buscar temas nuevos con esa cámara, como por ejemplo series de naturaleza, retratos, paisaje urbano y otros. Aparte del fine-art, también me gusta fotografiar todo lo relacionado con el teatro y los actores, el circo, el vodevil, las marionetas. Esto lo hago en digital. También hago retratos y tengo hecha una serie sobre arte con fuego y representación. Hay por ahí otra serie tomada en la casa de un amigo, la cual se quemó por un incendio.
Montones de libros sobre cámaras, objetivos, Photoshop, técnicas de fotografía en estudio... pero muy pocos sobre cómo aprender a mirar. ¿Qué es más importante?
Hace poco he visto parte de un vídeo realizado por Ernst Hass en los años 50. Nunca habla del equipo, sino de cómo mirar y lo hace de manera brillante. Me gustaría que la gente dedicara más tiempo aprendiendo a ver y menos a discutir sobre cámaras. Este es el problema de cambiar constantemente el equipo: nunca aprendes a usarlo suficientemente bien como para dejar su uso en un segundo plano y centrarte en hacer las imágenes que quieres. La clave es aprender a utilizar tu equipo con la soltura suficiente que te olvides completamente de él para dedicar tu tiempo y energía a entrenar tu ojo.
Imagina que estás en uno de tus talleres. Un joven discípulo te pide opinión para comprarse una cámara. ¿Qué le dirías?
No puede haber una única respuesta para esto. Depende de lo que le interese. ¿Película o digital? ¿pequeña o grande? Lo bueno de las Holga, por ejemplo, es que son pequeñas y baratas y se pueden llevar fácilmente a cualquier parte como complemento de una cámara "de verdad". Por otro lado, es verdad que es más fácil disparar cuando sólo llevas una cámara. De otra parte, distintos tipos de cámara funcionan mejor con distintos tipos de temas.