martes, 2 de noviembre de 2010
Gloria Rodríguez
Gloria es fotógrafa profesional. Ha fotografiado a gente muy conocida y sus retratos entran por el ojo con facilidad. Para el que quiera aprender cómo se hacen, también ha montado una pequeña escuela donde explica su técnica de trabajo. Entre una cosa y la otra nos cuenta que anda muy ocupada y debe ser así cuando las horas de envío de sus correos electrónicos pasan siempre de la una de la madrugada.
Aparte de la cámara y las luces, ¿qué más hace falta para sacar el alma de una persona en un retrato?
Yo creo que la actitud que uno tenga ante la persona a la cual va a fotografiar. La empatía es muy importante. Cuando la persona está relajada y te ve como a un amigo, y aunque sea sólo un momento, podremos vislumbrar algo de su alma.
¿Eres muy exigente con los modelos o prefieres dejarlos a su aire?
Yo soy la que elige el sitio, la luz, el como quiero situarlo, y a partir de ahí, se establece un dialogo de miradas. Pero hay veces que la persona se siente perdida, y entonces tienes que guiarla. Es como el pintor que hace un retrato, dirige y coloca a su modelo.
¿La gente famosa es fácil de fotografiar?
En la mayoría de los casos, si son muy famosos, van acompañados de un séquito de personas, que en vez de facilitarte el trabajo, te lo complican; se quieren hacer los importantes delante de la “estrella” y es una lata, sobre todo si son internacionales. El personaje en sí es como cualquiera y puede tener los mismos miedos e inseguridades que un anónimo. Hay fotógrafos que necesitan llevar una corte detrás para hacer un simple retrato. En mi caso, mientras mas sencillo sea todo mejor. Pero no siempre es posible y me tengo que encerrar en una burbuja para que lo de alrededor no me perturbe.
¿Hay alguien a quien te apetezca retratar especialmente?
Prefiero retratar a gente anónima. Hay veces que voy por la calle y veo rostros que me enamoran, y me gustaría pararlos, pero pocas veces lo hago…
En tu trabajo se puede ver claramente la influencia del ser humano y su obra, incluso en tu serie de paisajes. ¿Nunca has tratado la naturaleza pura?
El concepto de naturaleza pura en la imagen no es precisamente lo que más me interesa, eso ya lo hacía maravillosamente bien Ansel Adams. Yo prefiero reinterpretar el paisaje que a veces veo desde la ventana de cualquier medio de transporte, me encanta el instante fugaz y si aparece cualquier ser humano, mejor.
Ramón Masats decía que antes era mucho más fácil fotografiar a la gente en la calle, que ahora todo el mundo es más antipático y en cuanto te ven con la cámara en el ojo ya están mirando para otro lado o echándote la bronca. ¿Tienes facilidad para el reportaje callejero?
Lo que mas me gusta es la foto de calle, pero es cierto que ahora lo tenemos mucho más difícil. La gente es más desconfiada y está muy informada de donde pueden ir a parar sus fotos. El hecho en sí de fotografiar es algo agresivo, en inglés se le llama “shot”, o sea, disparo. Yo procuro pasar lo más desapercibida posible y ser también respetuosa. Antes que fotógrafa, soy persona.
¿Qué importancia le das a la postproducción?
Eso ahora es nuestro laboratorio. Aunque ya lo hago todo en digital, (menos el B/N) sigo pensando en analógico, la verdad es que soy bastante purista en eso. No me gustan ni me parece ético los excesivos retoques, cuando se miente mas de la cuenta. Para mí entonces, se va alejando de lo que yo entiendo por fotografía, y por lo que soy fotógrafa. La fotografía es una herramienta con la que se miente mucho, y es parte de su encanto, pero no me gustan las “trampas”.
Bernard Plossu dispara con una réflex de carrete barata. Dice que la tecnología digital no le interesa y sus fotos tienen una poesía enorme. ¿La herramienta cuenta para algo?
La poesía en la imagen no tiene nada que ver con el tipo de cámara que utilices, me figuro que él utilizará esas cámaras porque le dan buen resultado. La poesía está en nuestra mirada, en nuestra mente, en todo, independientemente de si es digital o no. Y tampoco se puede abusar de la “poesía”. No toda foto movida es poética. No me refiero a Plossu, sino a mucha gente que utiliza ese truco. Llega un momento que cansa por repetido.
Ante tanta avalancha de imágenes (cine, prensa, tv, Internet...), ¿terminaremos por cansarnos?
No sé si cansarnos, pero estamos saturados de tantas imágenes por todos lados. Todo lo consumimos, hasta las imágenes.. Y reflexionamos poco. ¡Va todo tan rápido!
Has montado una pequeña escuela de fotografía, ¿qué tal la experiencia?
¡Maravillosa! He descubierto que me encanta enseñar, dar todo lo que sé, lo que he ido aprendiendo con mi trabajo, ya que soy totalmente autodidacta y hablo desde mi propia experiencia. Y es muy reconfortante cuando ves como comienza a “mirar” el alumno y a entender la luz, la distancia que hay entre sus primeras fotos y después.
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